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Viernes, 15 de Diciembre de 2006 19:12

Un manual de gestion integral para las dehesas. El investigador de la UCO Rafael Navarro destaca el control de los pastos, el ganado y los árboles como el mejor tratamiento contra las plagas y enfermedades.

G.C. - C.M.
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La enfermedad “seca” de la encina es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la dehesa y la sierra, y sus causas pueden ser derivadas de múltiples factores. Los expertos destacan que el índice de mortalidad de los árboles depende de los agentes que actúan en cada caso, aunque se estima que entre el 3 y el 5 por ciento de los ejemplares acaba desapareciendo.

Así, desde los años noventa se ha hablado de factores generales como el clima, la sequía (que debilita encinares y alcornocales) o la selvicultura como posibles responsables, pero el profesor Rafael Navarro, del Departamento de Ingeniería Forestal de la UCO, señala: “Ya hablamos de la biogeografía de la seca, porque se puede diagnosticar cada zona”.

En el caso de Córdoba, el norte de la provincia contiene encinares envejecidos, sobre todo en la zona de Hinojosa del Duque; y hacia la zona más oriental, Los Pedroches y Villanueva de Córdoba, se apunta a los insectos xilófagos (que roen la madera) como agente principal de los daños. Estos insectos afectan sobre todo a las masas envejecidas, pero también a masas juveniles, cada vez con más frecuencia, por lo que el profesor Navarro destaca: “Creemos que en Córdoba, fundamentalmente, las causas principales son los insectos xilófagos, después habría daños asociados a los defoliadores de encinas, y en algunos casos a hongos del suelo, en particular el Phytophthora cinnamomi”.

La situación más grave en Andalucía la sufre Huelva, y el Andévalo, pero la evolución del síndrome de la “seca” en el resto de las provincias hace que los sectores implicados, tanto económica como territorialmente, se planteen el futuro de las dehesas y busquen soluciones. De este modo, en Córdoba comienza a ser usual que en muchas fincas, sobre todo en Pozoblanco, Villanueva de Córdoba o Conquista, “se estén secando 500 o hasta 1.000 pies al año y es relativamente frecuente que se solicite la eliminación de árboles muertos que afecta a este número de pies por finca”, explica Rafael Navarro.

En este sentido, los especialistas apuntan que la decaída de los árboles es un problema importante para las explotaciones, y serían necesarias dos generaciones “para recuperar el arbolado, regenerar las dehesas y que fuesen productoras”, asegura el profesor.

Posible solución

El diagnóstico de los agentes causales ha sido uno de los objetivos que la Universidad de Córdoba, junto con la consejería de Medioambiente, se planteó desde el año 2000. De otro lado, el segundo reto fue controlar los agentes bióticos de las enfermedades: hongos del suelo, del árbol e insectos. Así, el fosfonato es un producto empleado en la prevención contra el Phytophthora cinnamomi, que en este momento se valida en distintas fincas y en un futuro se aplicará en una del Valle de los Pedroches. Para su producción, la UCO ha trabajado con el Instituto de Investigación y Formación Agraria.

Tras realizar estos avances, los investigadores han concluido que la solución del problema sería la gestión integral de las dehesas. De hecho, el profesor Navarro destaca:“Trabajamos en diagnósticos a nivel de finca. Nos centramos en la gestión selvícola de la dehesa, el pasto, el ganado y los árboles para la regeneración, curación o prevención”, por lo que el resultado se ha traducido en un manual que ya está terminado.

En los distintos trabajos han participado el Departamento de Ingeniería Forestal de la UCO, la unidad de Patología Forestal y la Universidad de Huelva con su sección de Ingeniería Agroforestal.

( De " Andalucia Investiga" /PC)